El salón de fama de Dios

Lo que procede es mi intento de traducir al español uno de mis poemas contemporáneos favoritos, God’s Hall of Fame, tradicionalmente adjudicado a Alf Hutchinson, mantentiendo una métrica decasílaba constante y sin rima. Quizá para la próxima intente traducir la versión extendida, narrada por Jim Caviezel en The Sound of Freedom1.

Tu nombre podría estar ausente
del salón de fama de este mundo.
Podrías ser tan desconocido,
pocos tu nombre conocerán.

La fama y la fortuna te eluden,
pues sólo a unos pocos se conceden,
Pero si al Señor amas y sirves,
buenas noticias hay para ti.

Este salón de fama perdura
sólo mientras el mundo perdure,
pero considera que eterno es
el salón de la fama de Dios.

Tu nombre tener inscrito arriba
enormemente más grandioso es
que todos los salones del mundo
y cada estrella hecha por el hombre.

Pronto olvida la gente del mundo
a aquellos héroes del pasado.
Ellos aplauden hasta que caes,
y solamente eso es lo que duras.

Pero no el Señor, pues nunca olvida,
y verás que en Su salón de fama,
por el hecho de creer en Su Hijo,
inscrito tu nombre encontrarás.

Te digo amigo, no cambiaría
mi nombre, por pequeño que sea,
inscrito aun pasando las estrellas
en ese alto salón celestial

Por cada nombre famoso aquí,
o la gloria que juntos comparten.
Prefiero un donnadie ser aquí
¡y mi nombre ahí arriba encontrar!


  1. Película sobrevalorada por cierto, pero al menos el poema es bueno. ↩︎

El león del norte